No tengo ganas de libros. Lo que aprendo me lo enseñan los palos, las patadas y las caídas. No tengo ganas de recreos, quiero que mi vida entera sea un recreo. No quiero levantarme a las 8, joder a esa hora el mundo aún no está en marcha y no creo que pueda salir nada productivo de nadie. No quiero que mi vida dependa de tres notas y cuatro gilipoyas. Quiero bailar, quiero irme de viaje, hacer puenting, levantarme a las 5 de la tarde porque llegué a las diez de la mañana. Quiero vivir fuera de mi casa.
Quiero sentir que aún nos queda toda la noche.
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