domingo, 4 de septiembre de 2011

para nada tequiero

Estas dormido a mi lado. Veo tu pelo perfectamente despeinado caer como una ola morena en la almohada. Recuerdo lo que te gusta que te lo toque suavemente hasta que acabas profundamente dormido, recuerdo como me gusta tirar de él cuando me besas. Tus ojos están cerrados y relajados. Pero yo sé que cuando los abres apesar de su oscuro color, solo desprenden luz, tranquilidad, paz...realmente transmiten todo lo que quieres que transmitan, porque eso siempre se te ha dado bien. Ahora observo tu nariz, tiene unas cuantas pequitas en el final. Un escalofrío me recorre entera. Eso experimento cada vez que vienes por detrás, me apartas el pelo y me haces cosquillitas con la nariz en el cuello. Tu nariz de paso a tu boca. Aqui me tengo que detener más tiempo, porque de aqui salen tus palabras, tus silencios , tus gemidos, tus suspiros, tus besos, tus mordiscos...buf, tus mordiscos. Mil hormiguitas saltan en mi barriga al acordarse. Eso me lleva a tu cuello, te vuelve loco que te besé ahí. Y también me doy cuenta de que aun llevas la concha que te regalé. Observo tus anchos hombros, yo te llego, siendo muy positiva, mas o menos por ahí, lo se porque tengo medido el sitio en el cual me apoyo cuando me rodeas con lo que viene ahora, tus brazos, con los que me cojes y me llevas de un lado a otro mientras yo pataleo y chillo, aunque realmente no tengo ningun miedo cuando tu me coges. Llego a tu pecho, tus abdominales y a tu perfecto abdomen. Los recorro con el dedo. Puedo notar las horas de tennis en tu cuerpo. Cada uno de tus cuadraditos son todas y cada una de las veces en las que no has podido estar quieto y has salido corriendo, delante o detrás mia. Me sonrojo al observar más abajo, no puedo negarte que no piense en aquella noche de primarver en la fria arena pero sin tener absolutamente nada de frio...Observo tus piernas largas y tus pelitos, esos que me gusta estirar para hacer rabiar, para picarte y para que me hagas caso. Y por ultimo llego a tus pies, con sus deditos regordetes. Siempre he odiado los pies, los de todos, uncluso los mios. Pero me encantan los tuyos, supongo que eso es estar enamorada, que algo que siempre has odiado te encante solo porque forma parte de él. Entonces sonrío, me vuelvo a tu lado, cojo tu mano y me tumbo apoyandome en tu pecho, y noto como me abrazas...y sabes? Me da igual despertarme mañana, no despertarme o que nos invadan los extraterrestres, porque mi vida, ya ha merecido la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario