domingo, 4 de septiembre de 2011

Echo de menos arriesgarme. Echo de menos hacer algo sumamente estúpido sin pensar. Lo echo muchísimo de menos. Quiero volver a caerme, y quedarme ahí, en ese suelo duro pero tranquilo, con una botella de ron en la mano y un cigarro en la boca. Y mirar hacia el cielo. Tranquila sin miedo, sin preocupaciones, con esperanza. Y quedarme ahi, arriesgandome cuando toca, pero sobre todo cuando no toca. Y quedarme ahí, hasta que alguien pase y no me haga falta mirar al cielo para ver las estrellas porque le tengo delante. Que haga que él sea la ultima vez que me arriesgue.

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