domingo, 25 de marzo de 2012

Creo que uno de los principales símbolos de querer a alguien se ven cuando te ríes con ella. Cuando os reís y derepente tu risa se paraliza porque, quien sabe, quizá porque escuchar su risa es mucho mejor que reírte tú, porque tiene un sonido cautivador, porque tiene unos dientes perfectos, porque su boca es más que comestible, porque tú risa parece insignificante al lado de la suya. Y es entonces cuando ocurre, se queda fijado en tu mente, creando una sensación de adrenalina que sube por todo tu cuerpo hasta lo más alto de tu cabeza, y se convierte en un trastorno, un pensamiento atragantado, una obsesión, una ilusión y ya no puedes hacer nada, salvo hacerle reír, hacer que se ría, que sonría, a todas horas, por cualquier motivo, te conviertes en lo que ella te pida, en su payaso personal, no importa el lugar, el momento, harás lo que sea para que tus labios te dediquen el mejor sonido más allá de la música. Porque llega un momento que la música no representa todo lo que tu sientes y solo lo hace el escuchar tu risa dejándose caer por tu vida hasta calar en lo más profundo de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario